A lo largo de nuestra vida nos encontramos con situaciones en las que nos vemos obligados a hacer determinadas cosas que no deseamos hacer. Estas situaciones suelen ser causa de muchos conflictos interpersonales, incluso de algunos problemas emocionales derivados de largas trayectorias soportando manipulaciones y abusos de otras personas.
Cuando se sufren este tipo de problemas es debido a los propios pensamientos y creencias irracionales y alejadas de la realidad. Algunos de estos pensamientos y creencias que podemos identificar son:
Todas estas formas de pensar impiden que nos mostremos asertivos al rechazar peticiones. Solemos esconder nuestra incapacidad para decir “no” en excusas con las que justificamos nuestra negativa. Sin embargo, las excusas, entendidas como falsos argumentos, en lugar de las explicaciones, pueden jugarnos una mala pasada. Si la persona con la que estamos tratando es más hábil que nosotros, la excusa que hemos ideado puede convertirse en una encerrona.
Podemos identificar a las personas manipuladoras cuando vemos que:
Si nuestra intención es tener una vida más plena y más satisfactoria tenemos que acabar con las manipulaciones propias y ajenas. Tenemos que tener en cuenta que la mayoría de las veces, cuando la gente de nuestro alrededor se comporta de manera abusiva con nosotros y nos manipula, es porque nosotros se lo permitimos. No debemos esperar que este tipo de personas se den cuenta de nuestros sentimientos, si no actuamos y esperamos a que nos tengan en cuenta sólo conseguiremos acabar siendo ignorados por completo.
El esquema básico de esta técnica es:
Refuerzo positivo: decir algo agradable
+
Rechazar la petición
+
Refuerzo positivo: decir algo agradable
Un amigo te llama para que le acompañes a ver una exposición, pero no te apetece mucho, prefieres quedarte en casa y dejarlo para otro día.
Le responderías:
“Gracias por contar conmigo, pero hoy no voy a salir (o prefiero quedarme en casa)
aunque si quieres podemos quedar otro día”
ó
“Gracias por la invitación, pero prefiero no salir, aunque te lo agradezco mucho”
En el caso de que tu interlocutor siga insistiendo puedes:
Recuerda que eres tu propio juez y que cambiar de opinión también es un derecho.
Esta técnica consiste en repetir persistentemente el mismo argumento, sin tener en cuenta el contenido de lo que nos dicen, sin perder la calma y sin tratar irrespetuosamente a la otra persona.
“Un vendedor quiere convencerte de que compres una enciclopedia. Tú no deseas hacerlo, pero él intenta persuadirte formulándote las siguientes preguntas”:
- ¿Tiene usted hijos?. Debes contestar: “Gracias, no me interesa”
- Tu interlocutor insiste: ¿Le importa el futuro de sus hijos?. Continúa contestando: “Gracias, pero no me interesa”
- De nuevo insiste: ¿No le importan los estudios de sus hijos?. Mantenemos la respuesta: “Gracias, pero no me interesa”.
- Continúa: Respóndame solo a esta pregunta; ¿qué edades tienen sus hijos?. Nuestra respuesta es similar: “Entiendo, pero no me interesa”.
- Sigue hablando: ¿Ni siquiera me va a decir la edad?, y nosotros continuamos: “Comprendo pero no tengo interés, gracias”
Aunque siga insistiendo planteando preguntas como:
Hay que mantenerse firme en la respuesta teniendo siempre en cuenta que en ningún momento debemos perder el respeto. Aunque nos resulte molesto y excesivamente insistente debemos comprender que él o ella sólo están haciendo su trabajo. Salvo que nos traten de manera grosera no hay razón alguna para tratar mal a nadie por eso la TÉCNICA DEL DISCO RAYADO es perfectamente compatible con la educación y los buenos modos. Esta técnica se puede combinar con la empatía, sobre todo cuando se incluye en la conversación una información personal con el fin de despertar lástima. Un ejemplo sería: “Lo siento de verdad. Entiendo que te vendría muy bien que lo comprara pero no tengo ningún interés. Gracias de todos modos”
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